Este año 2020 está siendo muy complicado para la población y muy especialmente para todo nuestro colectivo de la discapacidad. La crisis sanitaria provocada por el Covid-19 está mermando parte de lo que, con tanto esfuerzo, hemos conseguido hasta el momento.
En primer lugar, quiero hacer público el agradecimiento a nuestros trabajadores, sin ellos, sin su implicación, cariño y apoyo, no hubiéramos podido afrontar este difícil reto. Quizá el más desconcertante desde nuestros orígenes como asociación. También es digno de destacar el esfuerzo realizado en cada casa por hacer mejor el día a día de nuestros hijos y familiares.
En marzo reaccionamos a la pandemia rápidamente para poder seguir dando respuesta a las P.C.D.I y P.C. y sus familias de forma telemática en mayor medida. Fuimos conscientes de que no era lo más adecuado, pero era lo único que estaba en nuestra mano. Y es que, además de las dificultades obvias, en algunos estratos de nuestro colectivo se sigue sufriendo la brecha digital. De igual forma, desde Astrapace se trató de dar respuesta a la atención presencial imprescindible, siempre y cuando las restricciones nos lo permitieron. También hemos servido de soporte a familias con hijos con grandes necesidades de apoyo o alteraciones de conducta agudizadas por el confinamiento.
Aun así, se hace duro sentir que el objetivo de nuestra asociación: proporcionar calidad de vida a nuestros hijos y sus familias, facilitando los apoyos necesarios en todos los momentos de su vida, ha resultado inviable.
Han sido meses intensos de reuniones con la Administración que, como todos, se han movido por el ensayo y el acierto/error. Nuestro papel siempre ha sido trabajar conjuntamente, demandar nuestras necesidades y dejar claras nuestras carencias, así como defender nuestros derechos. Son conscientes de nuestra gestión y de la atención que proporcionamos a tantas y tantas familias por lo que deberá afrontar junto a nosotros este reto, si no quiere que un colectivo tan vulnerable retroceda en derechos y bienestar.
Hemos tenido que adaptar los recursos existentes a una nueva forma de vivir, siendo insuficientes, para dar respuestas a las necesidades reales de nuestro colectivo. Y ahora se abre una nueva etapa, que encaramos con gran preocupación e incertidumbre, pues las circunstancias y el viento, todavía soplan en contra. Pero debemos pensar en positivo puesto que nos hemos enfrentado a la escasez absoluta de recursos personales, económicos y sanitarias (gel, guantes, Epis, mascarillas…) y hemos salido adelante.
Queridas familias, con nosotros nunca ha ido el caer y no levantarnos, de modo que mucho ánimo y esperanza, seguimos avanzando.
Rosa García Iniesta,
Presidenta de Astrapace