El medio acuático incide en el desarrollo global del niño aportando beneficios a nivel fisiológico, psicomotor, cognitivo, de relación, emocional y terapéutico.
El disfrute de los niños con esta actividad y los beneficios que aportan objetivamente al desarrollo global (sobre todo su contribución a la mejora de la calidad del tratamiento fisioterápico), han hecho de la hidroterapia una herramienta imprescindible en la intervención global de nuestros usuarios.
La hidroterapia es un complemento al tratamiento de fisioterapia que utiliza los beneficios del agua para mejorar la movilidad voluntaria y el control postural, relajar el tono muscular y mejorar el equilibrio. Así mismo, también se consigue una mejora de la función respiratoria, el desarrollo de la coordinación visomotora, al igual que ayuda a incrementar la fuerza y resistencia orgánica del niño.
Los beneficios que se obtienen son:
– Para las alteraciones motrices: relajación muscular favorecida por la temperatura elevada de la piscina (30º- 33º C); mejora del desarrollo de la motricidad; prevención o tratamiento de las retracciones articulares; inhibición de posturas reflejas anormales; desarrollo de la propiocepción, la coordinación y el equilibrio; control de la función respiratoria, aumento de la capacidad pulmonar y favorecimiento de la expulsión de mucosidades.
– Proceso Percepción- cognición: toma de conciencia de la propia imagen; reconocimiento del esquema corporal; mejora de la orientación y estructuración espaciotemporal; favorecer la atención y la comprensión; motivar la comunicación; favorecer la autonomía en las Actividades de la Vida Diaria (AVD).
– Proceso socio-afectivo: favorece las relaciones adulto-niño, niño-niño; ayuda a la expresividad corporal y favorece el desarrollo emocional y la sociabilidad.